El periodista Cristiàn Leal , especializado en temas tecnológicos desde su blog, El FrancoTirador, hace una interesante revisión de lo que pasó con Edulinux y por qué no funcionó como debería
Edulinux:Héroe o Villano
Durante años, representó para mí una de las mayores contradicciones del Estado. Una que se revelaría particularmente engañosa.
Imaginen la siguiente situación: tienen sobre 100.000 computadoras para escuelas público-subvencionadas, que necesitan dotar con software.
¿Cuáles son sus opciones?
- 1) Comprar un sistema cerrado (que sólo puede intervenir la empresa fabricante), creado en el extranjero y cuya licencia no baja de los 30 USD anuales… por PC… por año. Es decir, Microsoft Windows.
- 2) Usar un sistema abierto (donde todos pueden colaborar), creado por una universidad chilena, pensado para educación y -sobre todo- gratuito. Es decir, EduLinux.
¿La respuesta? Obvio… pagar por Microsoft Windows.
Ahá. Nunca logré entender por qué este sistema operativo, creado por la UFRO a solicitud del Ministerio de Educación, era rutinariamente menospreciado por otras reparticiones del Estado… e incluso por el propio MinEduc.
Menos sentido aún me hacía que ni siquiera se evaluara su uso en programas como Mi Primer PC -que incluía a cambio el decepcionante Windows Starter Edition- o que una de las cláusulas del acuerdo Gobierno-Microsoft por la cual se promueve la adquisición de licencias de esta empresa, parece sepultar definitivamente los esfuerzos por masificar esta versión criolla de Linux.
Pero a medida que fui conociendo personas que trataron de implementarlo en laboratorios, comencé a comprender que EduLinux también ocultaba un “lado oscuro”.
Creado en 2003 sobre la suite educacional K-12 (basada en la versión Red Hat de Linux y más tarde en Fedora), EduLinux tenía la noble misión de extender la vida de aquellos primeros computadores del proyecto Enlaces -unos vetustos Pentium de 166 Mhz con 16 MB de memoria, para los que era imposible correr las nuevas versiones de Windows- gracias a su interfaz liviana y una conexión en red que les permitía aprovechar los recursos de otro PC más poderoso, que hacía de servidor.
Irónicamente, su principal ventaja se convirtió también en una maldición: dado que EduLinux se destinaba a las máquinas más deficientes, alumnos y profesores pronto lo asociaron con la lentitud y fallos inherentes al hardware.
Y mientras los equipos nuevos se lucían con Windows, los chicos se abalanzaban a la sala de computación gritando “¡al último en llegar le toca el con Linux!“.
Peor aún, la facilidad de instalación no parecía ser precisamente su fuerte. Así, el profesor Carreño ya me había contado que desestimó usar EduLinux por lo problemático que le resultó implementarlo, mientras Werner Westermann de Educalibre, nos confesó durante su presentación en el 2º Encuentro de FLOSS que instalar EduLinux en algunas redes “había sido un parto” (aunque tras ello los resultados solían ser muy satisfactorios). Otros coordinadores de Enlaces confirmaron esta visión.
Entonces, ¿es EduLinux un mal sistema o fue víctima de las circunstancias? ¿Por qué no ha tenido una mayor aceptación? ¿Por qué nunca se ha incorporado en computadores nuevos? Y sobre todo, tras meses de incertidumbre con Enlaces, ¿continúa o es el final de esta curiosa aventura?…
Quién mejor para responder estas preguntas que el propio equipo a cargo de EduLinux, con quienes aproveché de conversar durante mi visita al IIE de la UFRO. A continuación, una reveladora charla con los ingenieros Luis Sepúlveda, Rodrigo Aguilar, Christian González y el gerente del Laboratorio TIC, Hans Iost, sobre el pasado, presente y ¿futuro? de este sistema.
“Algunos se hicieron los lesos”
Al preguntar de quién fue originalmente la idea, el equipo del IIE confiesa entre risillas que ya lo olvidaron. Según Hans, su departamento mantiene un estrecho vínculo con el Ministerio de Educación por lo que trabajan en ambos sentidos: se proponen tantos proyectos como se solicitan.
Lo cierto es que en 2003 existía la necesidad urgente de rescatar un gran número de PCs que de otro modo habrían quedado obsoletos. Así, tras un plan piloto donde se comprobó que EduLinux era mucho más versátil tanto en trabajo de productividad como en acceso a Internet que Windows, se le dio el vamos a su difusión hacia 2004.
Tanto o más complejo resulta determinar los alcances del proyecto. Las últimas cifras indican que su implementación alcanzó los 2000 establecimientos, sin embargo y en una situación que se hace recurrente en nuestro país, no hay estudios que avalen cuán exitoso fue… ni siquiera cuántas escuelas continúan usándolo o en qué grado.
“Sabemos que hay opiniones diversas en torno al uso de EduLinux y por lo mismo estamos realizando un estudio para recabarlas”, afirma Hans. “Hasta ahora el mayor problema es que en muchos casos falló el apoyo que debían prestar los encargados de las universidades, que al final se hicieron los lesos“.
Según cuenta el equipo, en cada establecimientos donde se implementó EduLinux, un técnico respaldado por una universidad local debía entregar un informe certificando que todo el sistema funcionaba correctamente, lo que no se condice con la frustración experimentada en algunos establecimientos.
“Sí. Es posible que algunos de ellos no fueran honestos y llenaran los informes sin verificar que todo funcionaba como corresponde”, explican.
Aún así, en el IIE descartan que las dificultades se hayan producido por incompatibilidades o problemas técnicos. Las extensas pruebas que realizaron así lo habrían demostrado.
“Tuvimos un fallo que se produjo cuando algunas escuelas se conectaron a Internet usando líneas ISDN, pero publicamos una guía para resolverlo en el sitio web y quedó solucionado. Fuera de eso no hemos sabido de más inconvenientes”, asegura Luis.
“Linux no era una alternativa”
En el IIE están conscientes de que la asociación entre máquinas viejas y Linux podría afectar su imagen, sin embargo ellos lo aceptan como un riesgo inherente al proyecto.
“Desde un principio la idea fue crear un sistema para reacondicionar computadores viejos y en eso tuvimos éxito. De hecho hicimos varias pruebas comparando el rendimiento de un programa de oficina o de un navegador bajo Windows y EduLinux resultaba mucho más eficiente en todas”, dice Hans.
“Tecnológicamente la solución es buena -complementa Luis- pero no hace magia, menos si la comparas con computadores nuevos”
¿Y no probaron incluirlo en computadores nuevos? ¿Hubo presiones comerciales?
“Nosotros lo propusimos desde 2003 hasta 2005, pero se rechazó por 3 motivos: porque la gran mayoría del software educativo de Enlaces estaba diseñado para Windows; porque no había suficientes instancias de soporte y por un asunto de uniformidad entre los colegios.
Y no. No hubo presiones comerciales”, enfatiza Hans.
También recuerda que desde Windows 98 a Windows XP, Mac “sencillamente no existía y Linux no era una alternativa”. Sin embargo el crecimiento que ambas plataformas han experimentado -sumado al “desastre” de Windows Vista- significan la primera oportunidad de recambio tecnológico.
“Lo que queremos es que el Ministerio de Educación se ‘abra’, desarrollando software multiplataforma o validando soluciones, como asegurarnos de que pizarras electrónicas y otros dispositivos funcionen bajo cualquier sistema.
El punto aquí no es impulsar una plataforma, sino compatibilizarlas con Linux, Mac… e incluso con Windows Vista.
Otra posibilidad es instalar Linux en paralelo con Windows sobre todos los computadores nuevos, de forma que cada establecimiento elija con cuál desea trabajar, pero todas son ideas aún en pañales que debemos revisar”, me dice Hans mientras pregunta a sus chicos si quizá no estará contando demasiado…
“No me cambiaría de MS-Office a OpenOffice”
Desde su creación, 2007 ha sido el año de menor crecimiento para EduLinux: sólo se trabajó creando actualizaciones de software y con los colegios ya existentes, en vez de agregar nuevos establecimientos. Esto hizo temer a muchos que el proyecto pudiera bajar sus cortinas.
¿La respuesta? Si bien la última palabra la tiene el Ministerio de Educación, en el IIE el ánimo es totalmente el contrario, con nuevas ideas para remozar el sistema operativo.
“Tenemos muchas cosas en mente como mejorar los contenidos y las herramientas de red. Además nos gustaría incorporar a la comunidad en el desarrollo porque, por más que nos esforcemos, es inevitable que siempre falten cosas”, dice Hans.
¿Y qué tal cambiar la distribución a Ubuntu, que es más masivo?
“Precisamente lo más probable es que pasemos a Ubuntu, que ha avanzado muchísimo y cuenta con más soporte. Para nosotros sería fantástico por ejemplo colaborar con ellos y que contenidos nuestros aparezcan en Edubuntu 2009, pero por ahora lo único seguro es que vamos a dejar de trabajar con Fedora”.
Lo que seguirá siendo un desafío -reconocen- es cambiar la mentalidad de los profesores, quienes muchas veces se aferran a los programas que ya han aprendido.
“Algo que hemos descubierto es que los profesores no tienen problemas en usar otros navegadores o incluso en cambiar de software educativo, pero están cautivos en el Office de Microsoft. Se resisten a dejarlo.
Y en cierta forma los entiendo, porque yo no me cambiaría de MS-Office a OpenOffice… ya lo he intentado 2 veces”, confiesa sorpresivamente Hans quien, ante la mirada de odio de sus compañeros, se ve obligado a explayarse.
“…es que soy un usuario más exigente, me hacen falta herramientas y no he tenido tiempo de buscar equivalencias”, se excusa.
Los demás no se dan por satisfechos. Luis levanta la mano y aclara que él sí usa OpenOffice. El resto hace lo mismo… hasta yo levanto la mano.
“Bueno, creo que tendré que aplicarme más”, promete un Hans entre divertido y avergonzado.
La entrevista ha concluido como una terapia de grupo para adictos al software propietario.
Te queremos, Hans.
PD: saquen sus concluciones del caso
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